Transportar a tu gato puede ser un desafío, ya que muchos de ellos son conocidos por su aversión a las cajas de transporte y a los viajes en general. Sin embargo, con la preparación adecuada y algunos consejos prácticos, podés hacer que el proceso sea más fácil para los dos.
- Elección de la transportadora
La elección de la transportadora adecuada es fundamental. Elegí una caja resistente y bien ventilada que le permita a tu gato ver su entorno. Asegurate de que sea lo suficientemente grande para que pueda girar y cambiar de posición, pero no tan grande como para que se sienta inseguro.
- Familiarizá a tu gato con la transportadora
Antes del viaje, intentá que tu gato se introduzca gradualmente a la transportadora. Coloca la caja en un lugar cómodo y dejala abierta para que pueda explorarla a su propio ritmo. Sumá juguetes o mantas familiares dentro para que asocie la caja con experiencias positivas. - Practicá viajes cortos
Antes de un viaje largo en auto, realizá algunos trayectos cortos con tu gato. Esto va a ayudar a acostumbrarlo a los movimientos y sonidos del auto. Podés ir aumentando gradualmente la duración.
- Evitá comidas demasiado sólidas antes del viaje
Evitá alimentarlo justo antes del viaje para prevenir posibles malestares estomacales. Sin embargo, asegurate de tener agua y ofrecerla durante el viaje. También podés llevar Agility Wet para mantener a tu gato hidratado de una forma súper cómoda y práctica, además de riquísima y nutritiva.
- Mantené la Calma
Tu actitud influye en la experiencia de viaje de tu compañero. Mantené la calma y hablá en tono tranquilizador. Evitá ruidos fuertes y movimientos bruscos. Si vas a viajar en auto, asegurate de transitar las calles sin tanta velocidad. La serenidad de tu voz puede ayudar a tranquilizarlo.
Siguiendo estos consejos, podés hacer que los viajes con tu gato sean menos estresantes y más seguros. ¡Qué tengan un lindo paseo!